11 Diciembre 2006 - La Vall Fosca

Esas fiestas del Pont de la Purísima estuvimos en una casa rural de Montrós, en el centro de la Vall Fosca.

Desde allí salimos en coche hasta el vecino pueblo de Espuí, a 1.285 m. de altitud, donde inicialmente debía situarse el centro neurálgico de la nueva estación de esquí proyectada; al final lo único que ha quedado han sido instalaciones a medio construir, apartamentos vacíos en venta y han arruinado la ilusión depositada por los habitantes del valle.

En Espuí, al borde de la carretera que muere en el Pantano de Sallent, al final de la Vall Fosca, dejamos el coche.

Estaba todo helado, esa noche había estado el cielo raso y la poca humedad con las bajas temperaturas se convirtió en blanca escarcha.




Salimos por un camino asfaltado que nos guía en descenso paralelo a la dirección de las aguas del río Flamicell, enseguida nos damos cuenta que no es la dirección correcta y volvemos sobre nuestros pasos y encaramos el camino que circula a contrapelo de las aguas del Flamicell.

Ahora sí, enseguida comienza un ligero ascenso y se adivina el camino que debemos seguir : una continua rampa que gana nivel a base de horquillas, ahora al norte ahora al sur.

Debemos cruzar un paso canadiense cerrado con una portera de alambres que evita que el ganado baje a las inmediaciones del pueblo.
 Ganado en la Vall Fosca




La carretera sigue en ascenso continuo, aunque no es todavía exigente, al fondo se empieza a adivinar el desnivel que estamos superando, el pueblo se empieza a perder y el coche apenas es un punto blanco al borde de la carretera.









Espui, el coche señalado con una flecha roja
 

Cuanto más se acerca al norte, allá donde está el Parc Nacional d’Aigüestortes, mejor se puede ver la pendiente de las vías de vagonetas que están enclavadas en el camino que recorren las tuberías que se precipitan desde la cámara de aguas hasta la central de Cabdella.
 
 
Tubería forzada con vías de vagoneta

Estas aguas son recogidas de todos los embalses del Parc nacional y centralizadas finalmente en el Estany Gento, desde allí se derivan a la cámara y desde aquí se dejan caer por las tuberías forzadas con el objetivo de producir energía.
También desde Estany Gento caen las aguas directamente al pantano de Sallent por tuberías que se encuentran en el interior de la montaña, donde espera otra central hidroeléctrica.
Como curiosidad estas aguas son reversibles, es decir, una vez han producido la energía son retornadas al Estany Gento por la noche con bombas que utilizan la energía sobrante no utilizada.

La nieve aparece en las zonas sombrías, más bien es hielo debido a la baja temperatura, las ruedas la hacen crujir a su paso y se hace más notable al cruzar un helado riachuelo.

 











Cada giro del camino en 180º incrementa la distancia con Espui, cada giro es una estampa nueva donde las casas de Espui al fondo del valle son diminutas y nuestro coche prácticamente una mota de polvo.
 

Nos encontramos con cazadores de jabalís que sentados en los puestos al borde del camino esperan la aparición del animal que los perros intentan sacar de su guarida, al fondo del frondoso  bosque de pinos y abetos se oyen ladridos y aullidos mezclados; hablan entre ellos por walkie-talkie para avisarse de que estamos subiendo, nos tranquiliza algo pues un error al confundirnos con un animal podría ser desastroso.

El bosque ya queda atrás, llegamos a la zona donde han desaparecido los árboles, donde el camino se divide en dos, a la izquierda se dirige a una zona intermedia de la tubería que desciende con las vías de las vagonetas desde la cámara de aguas; a la derecha nace la rampa más dura y deja ante nuestros ojos la visión del pico Lo Tossal, de 2.482m.


Lo Tossal (2.482 m)


La rampa obliga a meter todo el recorrido en la bici, piñón grande y plato pequeño, su dureza es continua sin descanso hasta que parece girar a la izquierda para morir en un mirador que muestra al fondo al pueblo de Espuí por última vez.

 



Espuí, en el fondo del valle



En el siguiente giro que encontramos nos lleva dirección Lo Tossal, nos asciende otros cuantos de metros y cuando nos devuelve a la misma situación sobre el pueblo este ya no es visible.







El fondo del valle y Espuí ya no son visibles


En el otro lado del valle se puede uno imaginar la pretendida pista de esquí planificada y, de momento, sin ejecución; sinceramente y con todo el respeto a los lugareños que han soñado con ella, personalmente pienso que acabará con la naturaleza del entorno, es mejor que las cosas queden como están.
 


Espacio definido para las pistas de esquí



Según ganamos altura la escarcha se convierte en un fino manto de helada nieve, son las últimas rampas que llevan al coll del Triador (2.100 m.), el barro se mezcla con el agua deshecha que baja por la fuerte pendiente, al final se hace visible un cartel indicador y llegamos al coll.

            






Última rampa                    Coll del Triador
                                    

Estamos en la carena de la montaña, esa línea imaginaria que al cruzarla pasas de un valle a otro, así es, pasamos de la Vall Fosca a la Vall d'Àssua, donde en su falda debe descansar Llessuí; las viejas instalaciones se pueden llegar a ver, hay viejos postes que sujetan aún los telesillas en oxidados cables; todo ello ofrecen un testimonio mudo de lo que representa el abandono de actividades de este tipo en la montaña. en este caso abandonada desde 1988.
Vall d'Àssua, al fondo instalaciones de Llessuí abandonadas

Y seguimos dirección Super Espot, adentrándonos en el área de influencia del Parc Nacional.


El camino se desvía a la derecha siguiendo la carena, nosotros nos desviamos a la izquierda para acercarnos a la cámara de aguas, desde donde hay una bonita perspectiva del descenso de la tubería acompañada por las vías de vagoneta, al fondo parecen ambas precipitarse al vacío.

Carteles indicadores




Tuberías forzadas
 
 
Poco antes de descender hasta la cámara de aguas, a la derecha y dirección norte apuntando directamente al Parc Nacional, llega el camino de vías abandonado que recorría el carrilet tirado por animales; recuerdo que en otras excursiones que hemos realizado a pie subiendo de Sallent a Estany Gento nos cruzamos con este carrilet, incluso se deben cruzar dos o tres túneles excavados en la roca y que en invierno llegan a ser impracticables por la nieve.




Al final alcanzamos una caseta donde refugiarnos del viento helado, nos sentamos al sol a comer y recuperar fuerzas antes de bajar a la cámara de aguas.
 


Reponiendo fuerzas frente al frío


Hay que iniciar desde este punto un descenso corto pero pronunciado que, por cierto, lo primero que pensamos es que después habrá que subirlo de nuevo; al final llegamos a la cámara de aguas, un par de casetas con, suponemos, la maquinaria custodiada en su interior.
De allí nace la tubería forzada que desciende hasta la central de Cabdella.
 

Cámara de aguas


De nuevo volvemos sobre nuestros pasos para llegar al coll del Triador, pero después de la parada de la comida y el frío que no ayuda en nada, hacen este trayecto de retorno realmente duro. Al final retomamos la carena para alcanzar el coll, pero al llegar a él detecto que mi cuñado no me acompaña, así que vuelvo sobre mis rodadas y me lo encuentro en el suelo, el frío y el esfuerzo lo ha tumbado con una rampa en ambas piernas.
 

Una vez recuperado iniciamos el descenso, el tiempo se está revolviendo y no parece que sea muy aconsejable quedarse ahí, el frío es notable y da la sensación que esas nubes amenazan con nieve.
 


No nos damos cuenta, pero pese a la rapidez con que bajamos las nubes se nos echan encima, la niebla nos tapa, pero cuando llevamos media bajada dejamos atrás la niebla y al fin, muy cansados nos reencontramos con el coche.
 Descenso entre la niebla

 

Recorrido