20 Agosto 2018 - Zarza la Mayor - Sierra de la Garrapata


Recorrido que saliendo de Zarza la Mayor recorre la dehesa extremeña para alcanzar y recorrer la sierra de la Garrapata, ejemplo de bosque mediterráneo.
La ruta nace en el pueblo para dirección norte empezar a recorrer la desértica dehesa extremeña, digo desértica por la escasez de árboles, solo hay, y en buena cantidad, cardos, las llamadas escobas y jaras.


La dehesa extremeña con su escasa vegetación de cardos, escobas y jaras.




Zarza la Mayor al fondo de la dehesa




Pasamos bordeando terrenos con paso prohibido por ser cotos de caza (cosa que no entendemos al ser terrenos de paso, pero aquí impera la ley del más rico).
De tanto en tanto motea el ganado a la sobra de algún eucaliptus, también asoma alguna charca e incluso vemos saltar una liebre de dimensiones considerables que intenta esconderse entre las jaras pero el paso de las bicicletas le hace de nuevo saltar en busca de nuevo refugio, qué alegría poder ver un animal libre en su territorio, todo lo contrario que la gente del coto de caza que deben tirarse de los pelos si leen estas líneas.
 Charca
 
 
Al estar los pasos cerrados no nos queda otro remedio que seguir un camino, eso sí bien cuidado, que nos deja en la carretera de asfalto EX-117 y subir por ella 6 km. hasta la sierra.
Este tema debería revisarlo la Junta de Extremadura, debería siempre existir un paso natural, lo que llaman Via Pecuaria que esté libre de paso, ahora mismo está vallado y entrar para seguirlo es arriesgarse a una pelea con los dueños.
 
Camino para bordear la Via Pecuaria
 
Una vez en la sierra empieza el bosque mediterráneo con espesos pinares, se va alcanzando altitud de forma progresiva.
 
 
 
 
Bosque de pinares

 

Ascendemos por un camino en los límites de la finca de Valdecaballos. En esta zona la Junta sí que interviene y realiza un buen mantenimiento de los caminos para su uso y disfrute así como poder acceder a las fincas y poder realizar actuaciones de mantenimiento de los bosques, como podas o cortafuegos.

Este monte, como indica un cartel informativo, está declarado de utilidad pública dado el servicio que presta a la sociedad por los importantes beneficios ambientales y sociales que genera; por otro lado es importante destacar el derecho constitucional que tenemos las personas para disfrutar de un medio ambiente adecuado para nuestro desarrollo, ya que estos montes generan beneficios indirectos como el paisaje, el recreo, el esparcimiento y ocio al estar localizados en zonas con gran valor forestal, ambiental, ecológico o paisajístico, en espacios naturales protegidos, o en zonas destinadas a la restauración, repoblación o mejora forestal.

 


Seguimos ascendiendo sin grandes esfuerzos, el sol empieza a caer, la temperatura empieza a ser agradable y las sombras comienzan a ser alargadas, como la del ciprés de Miguel Delibes.
En estos momentos el bosque empieza a cambiar, aparecen los primeros alcornoques, encinas y sobre todo madroños de limpias y brillantes hojas.
 
 



 

 
 
Subiendo por el bosque de pinares, donde la sombra se hace alargada y donde aparecen los primeros madroños.




 
 
 
 

A nuestra derecha, dirección norte, se puede ver la dehesa como alcanza la zona de regadío de Vegaviana y las porciones de Moraleja, con alguna charca adornando el desértico terreno.

 La dehesa con los regadíos al fondo


Ahora abandonamos el camino principal y entramos en otro secundario menos cuidado y transitado, enseguida alcanzamos una primera loma desde donde hay una bonita vista del pantano que abastece de agua al pueblo, con Zarza asomando al fondo.
 
El embalse que abastece a Zarza
 
 
Siguiendo el ascenso, ahora ya por la primera rampa dura, definitivamente desaparece el pinar para dejar paso al encinar y los madroños, sobre todo las corcheras que esperan ser despojadas de su capa protectora.
   
 



 
 
 
 
Bosque mediterráneo de encinas

 
Después debe planearse un buen rato por el camino, con leves subidas y bajadas que cruzan alfombras de agujas de los pinares y cruzan pendientes cortafuegos donde aparecen asustadizos ciervos.






Ciervos
 
 
 
 
 
Al final alcanzamos la rampa final, la más dura, con un buen porcentaje que nos deja sin respiración en la cota más alta del día, no es la más alta de la sierra pero sí será la de nuestra ruta.
Este punto es un otero desde donde se divisa la amarillenta dehesa y dirección Portugal una tormenta veraniega respaldada por el sol que ya agoniza.
 


Vista este 

 
 
 
Vista oeste (Portugal al fondo)





Tormenta veraniega




Puesta del sol
En la máxima cota de la ruta

En esta zona cuando el sol empieza a agonizar, es cuestión de minutos que muera, desaparece de forma acelerada, decidimos descender por un cortafuegos con un brutal desnivel para buscar el camino principal donde definitivamente se nos echa encima la noche, con lo cual decidimos retornar al pueblo por la carretera.
 

















Desnivel del cortafuegos, foto borrosa por la falta de luz 



 






Kilometraje total con el recorrido realizado